lunes, 6 de diciembre de 2010

Cada rincón del Trastevere...




Hoy pienso aunque me duela:
hacerme del recuerdo, soñar no ser el viento, quedarme con lo puesto y acompañar tan sólo el alma.
El agua que me calma…
¿Y si ella nada, o sueña, si va o viene y se detiene y me hace respirar cada paisaje de ti, al verte reflejado aún en mi recuerdo?
Me siento frágil. Hoy ya no soy la niña jugando frente al mar, pero se me han quedado dormidas las caricias, el alma de la brisa, la huella de la sal, la arena blanda, tus besos blancos y el viento de tu voz. Tu ave fénix resurgiendo en mi recuerdo, haciéndose el no estar unidos, cenizas que han volado ya lejanas.

Estoy aquí perdida y cada rincón del Trastevere, en esta ciudad romana, huele tanto a ayer como nosotros...


Soy, sin ser ya más que agua en ti
Más libre que nunca pero también más absurda
Aunque si vuelo y aterrizo
Si estoy tan lejos todavía
No es para borrarme de tu nostalgia con la mía
Porque si vuelo y aterrizo
Lo hago hacia el sueño de aquellas alas que tuvimos
Así cuando despertemos de tanto ruido en este mundo
Sabremos que hemos sido alguna vez
Para cubrirnos y ser tan sólo piel y oxígeno

Sigo siendo tan del aire como tú
No tengo otro camino, ni otra causa
Ni otro lugar hacia donde ir y estar en paz cuando llego
Me duermo al viento del silencio
Y despierto aurora y rocío destemplándome en la mañana

Tú sigues ocupando todo el vértigo de mi nostalgia
Olor a mar azul me inundas
Las voces invisibles me susurran:
Tú eras. Mi amor destino eras
Tú:
Y todo el duelo de tu América lejana cortándonos los hilos
Tú: 
todo el ruido y silencio, la furia y el vendaval
Prisión y libertad
Presagio de cada tiempo que había de llegarnos
antes y después del beso
Tú: paz en mí, beso tú en mí
Halo cierto de horizonte encendido sobre el mar
Y gloria o sueño o despertar, que más da
Si ya, ni eso estás
Y el hombre de aire que ahora te está llevando
se ha perdido al desconsuelo y ha desertado en la batalla del amar
aún a sabiendas de que era la única conquista
que le quedaba pendiente

Pero aún no sabes, que no sólo era bolero
Aquel danzar amor tan nuestro
Aquel jugarnos la distancia
Labio contra labio
Aquel caernos del tiempo orgasmo a orgasmo
Aquellos besos-corazón sin más palabras
Las ramas de las selvas de tu cuerpo
trepando por mis ramas y mis selvas

No eran mis manos en tu espalda
Mis dientes en tu cuello
Mordiendo suavemente tus jadeos
No era ser del tiempo y de sus causas
Era ser de tu galope y de tu prisa, también ser de tu sangre
Y ser tú como el rojo de la mía
Y yo todos los rojos de la tuya
Era ser vestal de fuego naciendo en mis entrañas
Subir y bajar contigo y recoger el fuego
y ser la luz de aquella hoguera contigo
La luna blanca sobre el lecho
La luz blanca de la luna
o el atisbo de dorados soles recién nacidos
en ti, sobre ti en mí
desnuda y habitada
El rumor cercano de las olas del atlántico en la ventana
Meciéndonos las ganas de no agotarnos jamás
De bebernos en los labios amor silencio para el llanto

Era yo anochecer sin dudas
En aquellas noches, en aquel primer septiembre
Era solamente anochecer y amanecernos
Y seguir frente a nosotros sin más mundo palpitando fuera
Era yo sólo de tus manos
Mi piel libre de viento: sendero de tus manos
Mi amor de aire: oxígeno de tus labios
Y tu boca el agua de mil lluvias sin sal
La brisa suave en su sonido y el nido y la ternura 
de cada nuevo beso

Hoy jugamos al veo veo sin ver nada
No sabemos ni a qué lugar estamos yendo tan sonámbulos
Ni hacia adónde el tiempo nos habrá llevado entonces
Qué han hecho con nosotros las otras pieles
Que aún somos tan del aire como siempre
Qué han hecho con nosotros los otros besos
Que no nos han mudado de todo lo que éramos

Pero no quiero imaginar que vuelves a ser el río
naciendo en las montañas de Nebrasca
No quiero imaginar que ahora es tu cauce
el agua que nos inunda y nos separa

Mi niña mar y sueño vuelve a jugar con el destino
Hoy te escribo sin escribirte
Y te llamo sin decir tu nombre
Porque hay una estrella oculta tras la luna
Murmura que tus besos se han perdido
Que el cauce de tu amor también está perdido
Que ya no sabes cómo hallar el mar
Ni quieres olvidar cuando era yo las olas de tu espuma
Y aquellas noches que derramaste sobre mi cuerpo lunar
Se te han hecho noche niña y lágrima en los ojos
Mientras caminas descalzo y cabizbajo por otras orillas
Sediento del nombre de mi piel de aire
Calando cada poro de tu ser

Y tú ahora vives en la duda
Meciéndome sin cuna
Jugando a estar tus dedos de nuevo
Enredándose a mi pelo
Y yo vivo en el sueño, soy otra vez del sueño
Lo único no cobarde que tengo, que aún me queda
Para seguir llamándote una noche más
Sin pronunciarte todavía
en mi boca de bolero
una noche menos

“mujer de aire”

7 comentarios:

José María Alloza dijo...

Pos Roma te inspira de verdad, diría como un testamento con luz venidera.
Besos para ti y para la conductora sin GPS :-)

Laura Caro Pardo dijo...

Nace poesía desde tu comienzo en prosa.
Así eres tú, múltiple en una sola: comienza Mayde la reflexiva y termina Mayde todo sentimiento...
Me gusta como haces de las palabras un torrente.
Disfruta de Roma, Mayde ( ¡ Qué suerte que pillaras avión!).
Un abrazo, trilliza.

Laura Caro Pardo dijo...

Upss. Me di cuenta por el comentario de José María que fuiste en coche.
Buena elección según está el patio.
Besos.

Unknown dijo...

Eso tiene Roma, que huele a ayer y se queda y trae recuerdos.... por otra parte sabe a novedad y amor y calienta el alma e inspira poemas, como este maravilloso que nos regalas.
Diviértete querida Mayde.
Un abrazo.
Leo

© José A. Socorro-Noray dijo...

Cierro los ojos y me veo paseando por la Tiberina rumbo al Trastevere. ¡Qué belleza! Cada rincón de Roma me evoca la poesía.


Un beso y...

... ¡disfruta tanto como puedas!

Anónimo dijo...

NO CONOZCO ROMA, PERO DICEN QUE ES MUY INSPIRADORA, Y CREO QUE TÚ AQUÍ LO CONFIRMAS.
BESOS

Anónimo dijo...

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