miércoles, 15 de septiembre de 2010

De tanto, tanto


“Me dijo una tarde de la primavera:
si buscas caminos en flor en la tierra,
mata tus palabras y oye tu alma vieja.”

Antonio Machado




De tanto caerme y levantarme, errar todos los días y equivocarme, hablar y luego tener que lamentarme, decir que no, decir que sí, decirlo todo y no decir.
Amar, llorar, vivir, morir a medias. Tener que reinventarme entre las flores, como una flor del viento, sin un lugar preciso, perdida en un mundo sin abriles.
De tanto todo y todo tan en vano, de tanto estar y ya no estar allí, de tanto no querer sentir la tierra, ni dejar en ella las huellas de mis pasos, ya  sólo me quedaba volar al fin…
Huir, volar, subir, volver a sentir, querer más mío y más azul el infinito,  saltar entre las cumbres de las nubes…
Ahora que estoy aquí, ya no le temo a nada, tan sólo hablo para el viento, danzo para el aire, vivo en el suelo de esta nube, lo veo todo desde aquí…
Ahora sólo soy mujer de aire, subida a una realidad que es blanda y está mojada y se baña cada noche bajo mis pies.
Aquí abro los ojos y aquí despierto, esperando aún algún temblor del  cielo o que la lluvia me cale hasta el silencio, para bajarme de aquí.
Ahora creo en lo sutil y en lo incorpóreo,  más que en nada, en lo que invisiblemente se presiente, aunque mis manos no lo alcancen y mi cuerpo no pueda aún gozarlo, pero mi alma sí.
Trato de pintar aún mis sueños, para no dejar de ser en ellos. 
Dibujo mis días con agua de acuarelas, cuando amanece, huelo el perfume de la vida, aquí en el aire, ya no me quedan días grises, pero me vuelve a la memoria el mundo en que yo existía y me gusta mucho más ser mi existencia aquí: niña, mujer y mariposa… ¡Cien nubes gritan ahora mi nombre!

Ahora que tengo dos alas de aire, para que ya ni el viento las envidie. Dos alas de aire y un manto de pétalos de rosa para cubrirme el desnudo y saber que sigo siendo primavera.
 Ya no obedezco las normas, ni  los relojes, ya el verano no me arde en las venas y no llega el frío invierno para clavarme su blanca muerte entre los huesos.
Ya no tengo nunca frío, aquí siempre es septiembre o primavera y no necesito prender hogueras para calentar mis manos.
Ahora vivo en esta nube, tengo el alma cristalina, mi mundo está en mis ojos y es transparente, como el aire, aquí no hay mentiras, ni cobardes.
Hasta aquí sólo llegan los valientes, los libres, los sueños que no se rompen, los que sueñan que amanece bonito y al fin te amaneces en un mundo precioso, lleno de matices y sutilezas.  
No quisiera nunca marcharme de aquí, pero sé que un día voy a hacerlo, que volveré a viajar de nuevo, tal vez cuando el aire que me envuelve me haga presentir que debe ser así, o cuando me diga el viento que tu voz me está llamando, a mí.
Se que volveré a caerme, que bajaré en un vuelo de este cielo, para subirme a tu gloria… sin remedio.
Sé que aún así seguiré siendo del aire, mujer del tiempo, hija del viento, mariposa blanca,  flor de abril, el sueño de esa nube en tu memoria añil.
...Niña del aire, mujer del viento, mariposa o leyenda sobre la tierra

“mujer de aire”

Alejandro Sanz 


"Nuestro amor será leyenda"


5 comentarios:

Unknown dijo...

Esta vez me rindo, alzo las manos y me entrego completamente a tu poesía, a tu vivir que "Ya no obedece las normas, ni los relojes, ya el verano no me arde en las venas y no llega el frío invierno para clavarme su blanca muerte entre los huesos."
Maravilloso, Mayde, que gusto leerte.
Un besazo.
Leo

Anónimo dijo...

enorme escrito! un tremendo gustazo leerte.
besos

Unknown dijo...

Niña... es increíble tu creatividad y más aún su extensión...
Preciso como siempre
Bicos

Luisa Navarrete dijo...

preciosísimo me alegra haberte descubierto !!!!!

Un abrazo enorme

Anónimo dijo...

this is very good for you, ybg :)