domingo, 18 de abril de 2010

Leyenda cercana





Respiraba el aliento tibio,
de la última noche en vela.
Había sido la primera vez,
que sentía galopar contra mi calma
el rumor agitado de una antigua esperanza,
antes de que despuntara el alba.
No había luna, o si la había,
estaba oculta detrás de los nublos
y yo no podía contemplarla
desde mi ventana.
Todos los poetas,
que recordaba en mi memoria,
habían evocado desde siempre
a la misma luna mágica y embustera
y esa noche no aparecía
para poder mentirme
o al menos, inspirarme a mi.

Me pregunté si alguna vez en la vida,
habría sido poeta.
Si alguna vez en el futuro,
sería capaz de caminar,
con pasos firmes sobre la tierra
y no de puntillas
como cuando era solamente una niña…
De sí sería capaz, algún día,
de dejar de ser de aire como entonces,
y no tener que sostenerme más
en la nostalgia de los sueños,
que se evaporaban cada vez que despertaba.

Mi memoria deambulaba con nostalgia
por las antiguas delicias del recuerdo,
de las cosas que me habían hecho ser,
alguna vez muy dichosa.
Las orillas del verdadero amor,
que a veces, había encontrado sin buscarlo,
bajo la misma luna de los poetas.
Despertando o acariciando amaneceres,
mientras permanecía cercano al alma,
para después, un día,
Un día de este mundo, en que nada es eterno,
ver como se volaba el sueño,
hacia el corazón, hacia el recuerdo,
sin razón aparentemente comprensible.

Entonces, yo llegaba a casa con los pies mojados,
temblando, llena de arena,
para enfrentarme una vez más
a la soledad del verso humano.

Ser soñador tiene su precio,
se paga al despertar cada mañana…
A pesar de todo,
a pesar de que algo,
me decía que no lo hiciese todavía,
de saber que podía perderte,
antes de que ni siquiera
te hubiese encontrado aún,
empecé a imaginarte a mi lado
para hacerte una leyenda cercana
en vez de sueño del mañana,
como siempre había hecho.

Lucíabluesindreams



Imagen "palabras al viento" de Teresa Salvador, "Fábulas" en flickr
http://www.flickr.com/photos/teresafabulas/4241764522/in/set-72157622857367449/

3 comentarios:

Teresa Fábulas dijo...

ser soñador y poeta no és fácil... pero qué bien se vive siendo soñador y poeta!
Gracias por hacerme partícipe de tus trabajos, son pequeñas pausas llenas de ternura...

Anónimo dijo...

un texto muy bohemio, muy bello. un pensamiento exquisitamente poético. me encantaste.
besos

mayde molina dijo...

Gracias a ti Teresa, síiii, realmente se vive bien siendo soñador.
Gracias reltih, amigo. Me animan mucho tus comentarios.
Besos a los dos